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FELIZ MES DE SAN JUAN

Por fin, un nuevo junio ha doblado la esquina de un mayo coqueto que se aleja presuroso entre arrestos domiciliarios y salidas vigiladas antes del toque de queda de cada atardecer.

Por fin, ha vuelto el deseado junio, aunque, en esta ocasión, nada tenga que ver con aquellos otros que le precedieron en años anteriores. Aquella sensación de íntimo júbilo que nos envolvía, que nos oprimía el alma cada vez que el mes de San Juan abría sus puertas de par en par, esta vez ni tan siquiera hará acto de presencia.

La grave crisis sanitaria que estamos sufriendo, inadecuadamente gestionada, va a impedir que celebremos este sexto mes del año como le venimos haciendo desde el lejano 1970.

Nada será igual este año por mucho que, en apariencia, cambie la situación en la que estamos inmersos.

Estos dos meses en que hemos permanecido alejados de la realidad, alejados de familiares y amigos, encerrados entre las cuatro paredes de nuestras casas, solo han servido para volvernos más individualistas y menos sociables y eso suele pasar factura. El miedo, ese miedo subjetivo que sentimos, se pone de manifiesto cada vez que nos cruzamos con alguien en la calle que, en un acto reflejo, se aleja de nosotros como si de apestados se tratase.

Al igual que, en esas conversaciones callejeras, donde nos hablamos a varios metros de distancia y casi a gritos para que nuestros contertulios puedan escucharnos.

Incluso, en el rostro de las gentes se percibe, ocultos tras la impertinente mascarilla que parece pretender que permanezcamos callados y amordazados, una mueca de tristeza, de desesperanza y ese mal es complicado de curar.

Es muy posible que este año no podamos celebrar el San Juan y, caso de hacerlo, será en plan muy íntimo, lo que nos impedirá acudir a las playas -de hecho ya se ha prohibido, creemos que con buen criterio- a entonar esa gran sinfonía en fuego mayor como veníamos haciendo desde que, en 1992, el año del Descubrimiento, la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan también «descubrió» la playa de Riazor.

Mucho se ha especulado sobre la posibilidad de trasladar la fiesta a otro instante del año y así, celebrar la noche de San Juan en agosto o septiembre. Desde luego el patrocinador de semejante idea, parece desconocer que la noche de San Juan, la de los grandes aconteceres, es más que quemar una hoguera alegórica o realizar un macro-botellón en las playas, en eso en que los indignos sectarios y miserables del a marea convirtieron nuestro San Juan; la noche de San Juan, se celebra en el solsticio de verano y concita, a su derredor una serie de ritos, costumbres y tradiciones que solamente se celebran esa noche. Por tanto. San Juan es solo el 24 de junio y no hay posibilidad de trasladarlo a otra época del año.

Se podrá quemar una hoguera en otra fecha, incluso se permitirá ocupar loas arenales para celebrar un macro-botellón; sin embargo, lo que jamás podrán lograr es que la noche de San Juan no sea la del 23 al 24 de junio. Faltaría más.

Seguiremos a la espera para saber a que atenernos cara a este mes de junio que empieza hoy, pese a lo cual, de una u otra forma, deseamos a todos un feliz mes de San Juan.