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LA MALDAD MEZQUINA DE LOS DE LA MAREA

Ayer fue Viernes de Dolores, una fecha muy arraigada en La Coruña desde aquel lejano mes de octubre de 1854 en que el pueblo coruñés corrió a postrarse ante la imagen de la Virgen de los Dolores, que se venera en la iglesia de San Nicolás, para impetrar, en una gran rogativa popular, su protección ante la epidemia de cólera que estaba diezmando la ciudad.

Según las fuentes, durante la epidemia fallecieron casi 6.000 personas, lo que supuso un 35% del total de la población.

La rogativa ante la imagen de Nuestra Señora de los Dolores se realizó en la jornada del 22 de octubre de 1854 y, desde aquel instante, la grave epidemia comenzó a remitir.

Aquella mediación divina, provocó que, desde entonces, la imagen enlutada de la Virgen alcanzase gran devoción entre los coruñeses que cada Viernes de Dolores la sacan a las calles desde el camarín de su templo de la Pescadería.

Esto ha sido así siempre y así lo recordamos los coruñeses que acudimos, igual que ayer, a ver transitar a Nuestra Señora por las calles de la ciudad.

Sin embargo, ayer fue diferente. Al igual que hicieran el pasado 7 de octubre, cuando en una vileza sin calificativos, retiraron la alfombra floral confeccionada en la plazuela de Santo Domingo para honrar a la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad, ayer también tenían que mostrar su cara más mezquina y sectaria, y de esta suerte, aplicando al desfile procesional el Reglamento de Espectáculos Públicos, le pusieron todas las trabas administrativas posibles para que la procesión no pudiese recorrer las calles de La Coruña.

Fue necesario que los organizadores tuviesen que recurrir a la Subdelegación del Gobierno para comunicar que celebrarían una manifestación, de acuerdo con lo previsto en la legislación vigente , y así, un año más, la Virgen de los Dolores salió a las calles entre el fervor de miles de coruñeses que la acompañaron o presenciaron su paso.

Una vez más, estos sectarios de la marea, en sus últimos estertores, trataron de causar todo el mal posible en su mezquino afán de eliminar todas las tradiciones que no casan con su ideología maligna y perversa. De nuevo pusieron de manifiesto esa maldad y ese desprecio a todos los que no pensamos como ellos.

Los que los conocíamos antes de presentarse ocultos tras esa piel de cordero que mostraron en las jornadas previas a entrar en el Ayuntamiento, sabíamos lo que iba a suceder ya que la maldad, el sectarismo, la burla y el desprecio a todos los que no pensamos como ellos y su ideología fascista-bolchevique, va en sus genes y, eso, estos malvados no pueden olvidarlo.

Los populistas creen que les asiste una suerte de superioridad moral, sin que nadie sepa el motivo de tan absurda creencia, y así, lo han demostrado en todas las ciudades que mal gobiernan, tratando de eliminar sus tradiciones inveteradas, poniéndole todo tipo de trabas administrativas, en tanto que han permitido que sus adláteres campasen por sus fueros, ofendiendo las creencias de los demás sin cortapisa alguna.

Todavía recordamos aquella individua andaluza, perteneciente a uno de estos grupos populistas, que manifestó, sin recato, que ya se vería si se celebraba la Semana Santa en las ciudades y pueblos de Andalucía, con total desprecio, no solo a las tradiciones populares, sino también a uno de los motores económicos de aquella Región española.

En Valencia, en fechas recientes, han tratado de prohibir una procesión; en Madrid, se han permitido actos que fomentan la fobia religiosa, más concretamente contra los católicos, y en otras ciudades o bien han puesto todas las trabas posibles o, sospechosamente, han comenzado obras en las calles por las que transitan sus desfiles procesionales para dificultar su paso.

Les queda, afortunadamente, poco tiempo de estar en sus poltronas y pronto se irán para siempre, dejando un amargo recuerdo de su oscuro paso.

Lo de ayer en La Coruña, fue un gesto más de su sectaria intransigencia. Por ello, rogamos a Nuestra Señora de los Dolores para que proteja a La Coruña, a los coruñeses y nos libere de esta peste que quiere llevarse por delante nuestra ciudad.

(Foto: La Voz de Galicia)

 

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