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LE TOCA EL TURNO AL RALLY DE COCHES ANTIGUOS

Primero fue la Feria Taurina, después el Certamen de Casas Regionales, más tarde el Noroeste Pop Rock y ahora le ha tocado el turno al Rally de Coches Históricos que también desaparece de las fiestas coruñesas simplemente porque los de la marea le han dado la espalda, privándolo de las necesarias ayudas.

En estos tristes y oscuros dos años en los que nos hemos visto salpicados por esta marea negra, se han cargado el San Juan; las fiestas del Rosario; la Función del Voto; han dado la espalda a la Semana Santa; las fiestas de Navidad cada vez son más pobres y, por supuesto, las fiestas de María Pita son cutres y hechas exclusivamente para su público.

El Certamen de Habaneras al igual que el Internacional de Folclore han abandonado el centro de la ciudad, la zona más visitada por forasteros y por coruñeses, para trasladarse a zonas radiales donde, si bien hay que potenciar sus fiestas, no hay que llevar los números que tradicionalmente venían celebrándose en el centro coruñés y que concitaban la presencia de otros segmentos de edad que ahora tienen más dificultades en poder acercarse a las nuevas ubicaciones.

Quien programe unas fiestas debe saber, como norma elemental, que hay marcos a los que concurren tanto los propios de la ciudad como la inmensa mayoría de los que la visitan y es ahí donde deben celebrarse los actos más vistosos del programa festivo. Algo que estos que rigen el Ayuntamiento parecen desconocer.

Esos espacios que utilizan para celebrar algunos de los espectáculos de rock, las Bárbaras, el Castillo de San Antón, San Nicolás, etc., serían los idóneos para acoger números como las habaneras, los conciertos de banda, los espectáculos folclóricos, etc., y no los que se programan.

Pero hay más, si hacemos excepción, a lo sumo, de una par de artistas contratados para los conciertos de María Pita, ¿quién conoce al resto? La Coruña se merece otra cosa, se merece otras fiestas y, por supuesto, se merece otra gente que la gobierne.

Poco a poco, en dos años, se han cargado una serie de números fuertes de las fiestas de agosto, ahora le ha tocado el turno al Rally de coches históricos. ¿Motivo? No lo sabemos aunque lo sospechamos. Todo lo que ha desaparecido gozaba de popularidad y era seguido por miles de personas por tanto no hay formar de justificar su desaparición.

Sorprende, cuando menos, que todo aquello de iniciativa privada, aquello que ellos no controlan de forma directa, se lo vayan cargando de forma paulatina. Ellos quieren el control absoluto, uniformar las fiestas de acuerdo con su ideología excluyente. Ya lo había dicho «venimos a cambiar las fiestas». Y si, las han cambiado trocándolas en cutres, irrelevantes, pese a el presupuesto sea mayor que en años anteriores, ¿en que se gastan los dineros de todos? Nos gustaría saberlo.

Ya nos lo imaginábamos con solo ver el cartel de las fiestas, esa ridícula María Pita esgrimiendo una guitarra eléctrica. Las fiestas son y están hechas para sus simpatizantes, para los que los puedan seguir votando, en lugar de hacerlo para toda la ciudad que es quien paga los impuestos que sirven para financiar el programa festivo.

¡Cuánto daño le están haciendo a La Coruña!, ojalá no sea irreparable.