X
esEspañolenInglés
Menu
X

TEXTO DE LA OFRENDA A SAN JUAN, PRESENTADA EL 29 DE AGOSTO POR CARMEN Mª NO VARELA

Glorioso San Juan Bautista, que te arrebataron la vida terrenal padeciendo un doloroso martirio por ser fiel a la Verdad. Por eso estamos hoy aquí, en tu día, venerándote, presentándote unas ofrendas y humildemente invocándote para que escuches atentamente nuestras inquietudes.

El culto a San Juan nace en la ciudad con la llegada del cristianismo, entre los siglos I y II y la creación de tu Iglesia en los extramuros de la ciudad. Cada 24 de junio, el día comenzaba con una fiesta que se prolongaba hasta principios de julio. Las calles se llenaban de ramos, las ventanas se iluminaban, sonaba la música de los tambores y las gaitas, y, por supuesto, proliferaban las hogueras. El San Juan era festivo.

Todo cambió a raíz del ataque a la ciudad de las tropas inglesas mandadas por Drake en 1589. Temerosos, los notables de la ciudad hicieron una promesa: si se libraban de la invasión, se lo agradecerían eternamente a la Virgen del Rosario. Las autoridades del Ayuntamiento, recogiendo el clamor popular de que La Coruña se libró de la destrucción por intercesión de la Virgen del Rosario, se comprometieron a celebrar anualmente una fiesta de acción de gracias, y asistir oficialmente a la procesión y a los cultos religiosos. Originando así esta Función del Voto, que se sigue celebrando institucionalmente 5 siglos después como una tradición, como una promesa, …como una verdad.

Una verdad de la que tú eres patrón, San Juan, origen de nuestra salvación como primer Bautista, junto a nuestra Patrona la Virgen del Rosario.

Por presentar la Verdad en su día te quitaron la vida terrenal, pero no dudaste.

Por ello estamos hoy aquí en el día de la conmemoración de tu martirio y, antes de proceder a nuestras humildes peticiones, te ofrecemos nuestro trabajo, cada uno en su profesión y en su día a día de la mejor manera que podemos.

Muchos sabemos rezar y otros no tanto, pero a la hora de la verdad, y como dicen los versos de la Capilla de la Escuela Militar de Marín… “El que no sepa rezar, que vaya por estos mares, verá como lo aprende sin que le enseñe nadie”. Por ello, te suplicamos, Oh San Juan, que de nuevo seas nuestro maestro.

No nos juzgues por la pequeñez de los comienzos, una pequeña simiente puede dar lugar a árboles centenarios. Cada uno de nosotros hace el papel de un pequeño tornillo en esta gran construcción que es la vida. Si salta un tornillo…Se aflojarán piezas de mayor tamaño y se inutilizará toda la maquinaria. ¡Qué gran cosa es ser un pequeño tornillo! Y has visto como levantaron este edificio de grandeza imponente un ladrillo y otro. Hasta miles. Pero, uno a uno. Y sacos de cemento, uno a uno. Y obreros que trabajan, cada minuto. ¡A fuerza de cosas pequeñas!!

Del mismo modo es nuestro día a día, cada uno en su trabajo, y así fue como renacieron las actuales Hogueras de San Juan y desde hace 50 años la primera Meiga, ese primer tornillo de esa maquinaria de cientos de piezas, de personas y de latidos, que con su esfuerzo y trabajo a lo largo de los años han hecho posible que a día de hoy tengamos en nuestra ciudad, un festejo renombrado de Interés Turístico Internacional, el único en nuestra querida Coruña.

Te pedimos Glorioso San Juan que nos guíes en la organización de los años venideros de Hogueras y de sus actos, al igual que guiaste a sus fundadores para conseguir este gran regalo para nuestra ciudad y para todos los coruñeses.

Desde la Asociación de Meigas te veneramos San Juan, año tras año al igual que a la Virgen del Rosario. Patrón y Patrona de la Ciudad de La Coruña en diferentes momentos de la historia. Hombre Santo y mujer Santa, protegiendo a nuestra Marineda. Muchas de nosotras somos Meigas de San Juan y a la vez, cofrades de la Virgen del Rosario, y tenemos para ambos el mismo cariño compartido que se profesa a un padre y a una madre.

Pero hoy estamos aquí para honrarte en tu día. San Juan, escogido por Dios para impartir el Sacramento del Bautismo a Jesús y a todos nosotros, los pecadores.

Mucha gente te preguntaba: “¿Qué tenemos que hacer para agradar a Dios?”. Y tú les contestabas: : «Al que tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene, y el que tenga qué comer, haga otro tanto». Para agradar a Dios se debe amar a las otras personas, compartir lo que se tiene y, sobre todo, lo que se es.

Pido ante ti, Glorioso San Juan Bautista, que nos bendigas como hermanos que somos, a pesar de nuestras diferencias. Como ocurre en una familia con los hermanos: Cuando éramos pequeños no nos dábamos cuenta pero ahora, y con la perspectiva de los años, miramos hacia atrás y vemos esas tardes de juegos, esas risas, quizá alguna rabieta por algún juguete roto, pero…¡Qué recuerdos tan bonitos! Nos ayudaron a saber lo que es compartir, lo que es dar sin esperar nada a cambio, saber estar unidos ante cualquier adversidad, saber perdonar y saber que están ahí siempre con nosotros y nosotros con ellos. A día de hoy entre personas de diferentes inquietudes, de diferentes ideologías políticas, de diferentes sentimientos, quizá haya pequeños enfrentamientos, riñas y, como decía, algún juguete roto, pero es ahí cuando debemos echar mano de la empatía y recordar el cariño habido, la confianza, la complicidad, el perdón, el respeto… En definitiva, el Amor.

Un amor que es la base de todo y es lo que te pedimos Benigno San Juan. Te pedimos Amor, Empatía para ponernos en el lugar del prójimo y sobre todo Paciencia hacia nuestros semejantes para llegar a entendimientos.

Guía nuestros senderos y los de nuestros gobernantes para que encuentren la paz, la justicia y la verdad que tan buena falta hace y seamos el buen ejemplo de las futuras generaciones.

Te imploro para que nos ayudes en los momentos de dificultad y de indecisión. Pido de tu mediación para que jamás nos desampares, para que nos acompañes por el camino del buen pensar, el buen sentir y el buen hacer.

Protege a nuestras familias, a nuestros trabajos y a nuestros colaboradores. A nuestros amigos y a aquellos que están lidiando con graves enfermedades para que encuentren alivio y cura.

Te pido por la paz eterna de aquellos familiares y amigos queridos, que están junto a ti en tu gloria, para que sepan que seguimos teniéndolos presentes en nuestros corazones.

Te suplicamos que intercedas ante Dios Nuestro Señor para que perdone todas las faltas que hemos cometido y nos conceda estas súplicas.

Y humildemente quiero acabar esta ofrenda y estas peticiones, Oh Glorioso San Juan Bautista, dedicándote este poema hecho canción que muchos conocerán, como si de una REGENERACIÓN espiritual se tratase.

“He muerto y he resucitado

Con mis cenizas un árbol he plantado

Su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado

He roto todos mis poemas

Los de tristezas y de penas

y lo he pensado y hoy sin dudarlo vuelvo a tu lado

Ayúdame y te habré ayudado

Que hoy he soñado en otra vida

En otro mundo, pero a tu lado”

Guíanos a tu lado, San Juan Bautista, en tu camino de fe, para que tu ejemplo de verdad nos instruya y nos haga libres.

Que así sea.

(Foto: Noni Santos)