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¡VAYANSE YA!

Nos hemos hartado de escuchar, a lo largo del todo el día, las excusas de mal pagador del alcalde de la marea, que no de La Coruña. Que si el Gobierno municipal no tiene la culpa de nada, que si los culpables son otros, que si no se deben escuchar las voces de aquellos coruñeses que haciendo uso de su libertad legítima critican la vil actuación de la madrugada del día 7, etc., etc. Lo dicho, vanas excusas de quien no tiene la gallardía y dignidad suficiente de afrontar su responsabilidad.

Mire Vd., el que manda, el que gobierna, aunque sea su caso que mal gobierna, es siempre responsable, por acción u omisión, de aquellos actos ejecutados por los que tiene bajo su mando o dirección. Siempre es el responsable, esa es la primera lección que tiene que aprender aquel que asume la función de dirigir sea a quien sea, incluso a los incompetentes sectarios de los que estamos hablando.

Es más, incluso, los fracasos tiene que asumirlos como suyos aquel que es cabeza de algo, en tanto que los éxitos deben ser siempre compartidos por todos y no solo por aquel que manda ya que son fruto del trabajo colectivo; evidentemente, este no es el caso ya que en el haber de esta gente de mala fe no figura, desde hace más de tres años, desde que están en María Pita, ni una sola acción que se pueda considerar como exitosa, ninguna.

De todas maneras, la cosa es muy sencilla. Si la culpa la tienen otros, si los responsables de esta mala acción son otros, especialmente los que están bajo sus órdenes, tras asumir con gallardía el error, cosa que no ha sabido hacer, se abre una información interior para depurar responsabilidades y así evitar que algo así pueda volver a suceder. Pero claro, eso tampoco es asumible pues tendría que culpar a los únicos que no tienen responsabilidad alguna en estos hechos: el sacrificado y mal pagado personal del servicio de limpieza.

Márchense ya pues bastante daño le han hecho a nuestra ciudad, tanto Vds., como los que los apoyan e incluso los que, por recibir el pago de las treinta monedas, no han hecho otra cosa que bajar la cerviz o adoptar una postura de silencio cómplice.

 

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