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1995. La modificación del sistema de elección de la Meiga Mayor.

El año 1995 fue otro de esos años que adquirió un significado especial en la Comisión Promotora de las Hogueras ya que en él se modificó, sustancialmente, el sistema de elección del personaje central, la Meiga Mayor.

Cuando en 1970, se decidió dar vida es esta entrañable figura, se adoptó el sistema del nombramiento directo, esto es, la Junta Directiva nombraba a la Meiga Mayor y ella se encargaba de hacer lo propio con las Meigas de Honor. Este sistema se mantuvo vigente hasta 1994, fecha de nombramiento de Victoria García Otero como XXV Meiga Mayor.

En la última etapa previa a la llegada de 1994, se recurrió a un nuevo sistema consistente en nombrar Meiga Mayor a la Meiga de Honor que más hubiese desatacado de entre las del año anterior. Este sistema, que no siempre se cumplió a rajatabla, duró a lo largo de algunos años, llegando, como queda dicho, hasta 1994 con motivo de celebrar las bodas de plata de la figura de la Meiga Mayor.

Al concluir aquel año, se creyó llegado el momento de modificar, de forma sustancial, el sistema de elección de nuestro personaje femenino central.

Tras un largo debate, que constituyó el tema de sucesivas reuniones, se valoraron todas las opciones posibles que, desde luego, no eran muchas, partiendo de la premisa de que era necesario hacer extensivo el nombramiento de Meiga Mayor entre un universo mayor de jóvenes coruñesas, con la seguridad de que, tras veinticinco años ininterrumpidos de elección de Meigas, estas figuras estaban de sobra asentadas en la ciudad y que su existencia era de público conocimiento para la mayor parte de los coruñeses.

Desde el principio, se trabajó en dos supuestos posibles. El primero, dejaba la puerta franqueada a que la fase de selección concurriese cualquier coruñesa que cumpliese los requisitos establecidos de edad y residencia, ya que se consideró, como premisa fundamental, que la Meiga Mayor, fuese quien fuese, tendría que ser originaria o, al menos, residente en La Coruña. En cuanto al segundo, se trataba de abrir la posibilidad de presentar candidatas a través de cualquier Sociedad coruñesa de las que funcionaban en la ciudad por aquellos años.

Por ello, finalmente, tras un ejercicio de reflexión, se decidió que las candidatas entre las que se elegiría a la XXVI Meiga Mayor serían presentadas por determinadas Sociedades coruñesas.

Llegado a este punto, muchos podrán pensar que las Sociedades seleccionadas fueron aquellas de mayor nivel social, económico e intelectual de sus asociados. Sin embargo, una vez más, los que piensen semejante cosa se habrán equivocado, ya que si de algo nadie podrá acusar jamás a la Comisión es de haber sido clasistas.

Tras repasar las Sociedades existentes, se cursó invitación a la mayor parte de las que funcionaban en la ciudad aquel año, aguardando su respuesta para dar luz verde definitiva al proyecto.

Paralelamente, se redactó un Reglamento de elección de la Meiga Mayor y unos parámetros por los que se regiría su elección, a la par que comenzamos a barajar los posibles integrantes del Jurado.

Para evitar resquemores, en el universo de más de treinta personas que integrarían el referido Jurado, se limitó el número de componentes de la Comisión a tres, lo que suponía menos de un 10% del total y garantizaba el principio de ecuanimidad.

Igualmente, se diseñó el sistema por el que se regiría el Jurado para elegir a la Meiga Mayor. La idea, fue de la X Meiga Mayor, Begoña López Abella, psicóloga de profesión, quien presentó el proyecto basado en una entrevista personal, en un ambiente muy distendido, realizada, en una mesa redonda, por tres integrantes femeninos del Jurado, una de ellas miembro de la Junta Directiva, otra psicóloga y la tercera experta en relaciones públicas e imagen, quienes se encargarían de interrogar a cada candidata, delante de los restantes componentes del Jurado, sobre sus aptitudes y actitudes personales, además de temas relacionados con la historia de La Coruña; la noche de San Juan; su grado de integración y satisfacción como Meiga Mayor, caso de ser elegida; la forma de presentar a nuestra ciudad y sus HOGUERAS, en el supuesto de tener que realizar tal presentación lejos de La Coruña, etcétera.

La pretensión, como queda dicho era conocer, en un ambiente distendido, un poco de la personalidad de cada una de las candaditas cuya edad oscilaba entre los 16 y los 21 años.

Cerrado aquel capítulo y seleccionados los integrantes del Jurado entre políticos, profesionales liberales, funcionarios, empleados, amas de casa y, sin olvidar, a un representante de cada una de las Sociedades participante que, llegado el caso, tendrían que abstenerse a la hora de votar a la candidata respectiva, se aguardó la repuesta de las diferentes Sociedades invitadas.

Aquel año, las candidatas presentadas, representaron al Sporting Club Casino, Casa de Andalucía de La Coruña, Liceo Artesanos de Monelos, Sociedad Deportiva Hípica, Centro Social de la Sagrada Familia, Club de Tenis y Círculo de Artesanos. Por su parte, la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan, se reservó la presentación de dos candidatas que, de acuerdo con el Reglamento de elección, no podrían optar a ser elegidas Meiga Mayor.

Una vez nombradas Meigas de Honor y aspirantes a Meiga Mayor 1995, se les convocó ante el Jurado de Elección que, aquel año, estuvo presidido por el entonces I Teniente de Alcalde, Federico de la Fuente Esperante, y celebró su reunión en los salones del Hotel Tryp María Pita.

Aquella tarde, una vez constituido el Jurado, se procedió a efectuar el sorteo del orden de entrevista y, sucesivamente, cada una de las candidatas, se presentó ante las entrevistadoras, encabezadas por Mª Carmen Calviño Iglesias, Vicepresidente I de la Comisión, acompañada de la ya citada Begoña López Abella y de Maganje Pardo de Andrade, quienes les preguntaron diferentes cuestiones sobre los temas que previamente se han señalado y otras relativas a sus estudios, aficiones, proyectos de futuro, etcétera.

Finalmente, a la conclusión de las entrevistas, se procedió a la votación de los miembros del Jurado, por medio del acta correspondiente, firmada por cada uno de los integrantes, en la que figuraba la calificación otorgada a cada una de ellas.

Concluido el recuento de votos, el Jurado se decantó por la representante de la Reunión Recreativa e Instructiva de Artesanos, el Círculo de Artesanos, Emma Rodríguez Veloso, quien aquella misma tarde, en un acto celebrado a continuación fue presentada como XXVI Meiga Mayor para las HOGUERAS-95.

Por su parte, paralelamente, la Junta Directiva gestionó, por medio de Maganje Pardo de Andrade, tristemente desaparecida, cerca de la diseñadora Rosa Tedín el diseño y confección de los trajes de gala que vestirían las Meigas con motivo de la Fiesta del Aquelarre Poético, que fueron obsequiados, por la firma citada, a cada una de ellas, constituyendo otra novedad ya que, hasta entonces, estos trajes corrían por cuenta de cada una de las Meigas de cada edición.

La XXV Fiesta del Aquelarre Poético, acto por entonces de proclamación de la XXVI Meiga Mayor y sus Meigas de Honor, se celebró el 1º de junio, en el Teatro Rosalía Castro, abarrotado de público que presenció la imposición de la Banda, por parte del Alcalde Francisco Vázquez, a la primera Meiga Mayor elegida por un jurado.

Nada volvió a ser igual desde aquel momento. Durante los años siguientes se continuó recurriendo a las Sociedades coruñesas, incluso a las distintas Areas Comerciales de la ciudad, invitándolas a presentar a sus candidatas a Meiga Mayor, hasta que finalmente se tomó la sabia decisión de abrir esta posibilidad a cualquier joven coruñesa que desee vivir, de una manera diferente, la noche de San Juan, sistema con el que se ha llegado hasta nuestros días.

José Eugenio Fernández Barallobre.

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