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Aquel diciembre de 1970

Tras la celebración exitosa de nuestra primera Noite da Queima, el 23 de junio de 1970, en la que proclamamos a Estrella Pardo como I Meiga Mayor de nuestra historia, nos aprestamos a dar vida al que sería el Club Juvenil Meiga Mayor, antecedente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan, del que ya hemos hablado en otras ocasiones. 

La pretensión desde su fecha de fundación, integrado por aquel grupo de chicos y chicas que habíamos iniciado nuestro proyecto sanjuanero, no era otro que ofrecer, a lo largo del año, una serie de actividades que mantuviesen, de alguna manera, encendida la llama de nuestra hoguera más allá de la mítica noche del 23 de junio. 

Solventado, aunque de forma precaria, el problema derivado de encontrar una ubicación para la celebración de nuestras periódicas reuniones, tras haber obtenido el permiso del Párroco de San Pío X, D. José Alvarez Cabeza, para utilizar las dependencias parroquiales, sitas frente a nuestro siempre admirado colegio de la Compañía de María, no solo como sede de nuestra Junta Directiva, sino también como eventual “rotativa” para la impresión de nuestro “Meiga Mayor” en la “vietnamita” que poseía la citada Parroquia, nos aprestamos a afrontar aquel primer trimestre, último del año, de nuestra historia asociativa. 

El caluroso verano había quedado atrás y con él, los recuerdos de mañanas de playa, de guateques en la terraza de Torre Coruña y de reuniones de nuestra pandilla en cualquiera de las cafeterías de la zona, eran ya tan solo pasado. 

Llegado octubre, y con él la reanudación de un nuevo curso, tras vencer la primera crisis abierta en el seno del Grupo que provocó una renovación casi completa de su Junta Directiva, nos aprestamos a iniciar, de forma resuelta, nuestras actividades. 

Tras darle muchas vueltas a proyectos de toda índole, decidimos posponer para el mes de diciembre, ya próximo, el inicio oficial de nuestras actividades públicas, algo así como nuestra particular “puesta de largo”, dedicando lo que restaba de octubre y todo el mes de noviembre a la siempre complicada tarea de captar socios entre nuestros vecinos y amigos. Tarea dificultosa que exigía de una buena parte de nuestros esfuerzos, pero del todo imprescindible si deseábamos que nuestro proyecto llegase a buen puerto. 

Tras darle muchas vueltas, la primera decisión que adoptamos fue la de celebrar un Festival de Navidad en los días previos al inicio de las fiestas, para ello, el primer problema que teníamos que solventar era el encontrar la ubicación apropiada para celebrarlo. 

Nuestra relación con la Junta de Vecinos del Distrito 5º, en cuya directiva ocupábamos la vocalía de juventud y deportes, nos permitió poder recurrir al Hogar de Santa Margarita, dirigido por aquel entonces por el inolvidable D. José Sardina, en demanda de la cesión de su magnífico salón de actos, de sobra conocido por nosotros merced a aquellas veladas cinematográficas de las tardes dominicales del curso a donde acudíamos regularmente a ver alguna de las películas que en él se proyectaban. 

Vencidas las reticencias iniciales, finalmente logramos la autorización para la cesión del salón de actos, lo que sirvió para dar luz verde al proyecto. 

Aunque lamentablemente no puedo aseverarlo con total seguridad, creo recordar que la fecha elegida para la celebración del festival fue el sábado 19 de diciembre, a las ocho de la tarde. 

Tras cerrar la fecha y el marco, nos pusimos a buscar los distintos números que compondrían el programa del espectáculo. De esta suerte, contactamos con la magnífica Rondalla del Colegio de las Terciarias que, por aquellos años, sentaba sus reales en la avenida de Rubine, quien aceptó, de buen grado, sumarse al proyecto. 

En esta misma línea de solicitar colaboraciones, nos pusimos en contacto con el cantautor “Xosé”, muy de moda por aquellas fechas en el mundo de la canción juvenil coruñesa, quien también se sumó al festival. 

Otro de los captados fue el rapsoda Andrés Rey quien acepetó recitar alguno de sus poemas en el transcurso de la velada. 

Lamento que la memoria me falle y no pueda precisar si alguno más se sumó a este festival que se celebró, con éxito, en la fecha y lugar previstos. 

Otro de los proyectos que sacamos adelante aquel mes de diciembre de 1970 fue sacar a la luz un número extraordinario de nuestro boletín “Meiga Mayor”, con más páginas y mayor contenido de lo habitual. 

Finalmente, el último proyecto que afrontamos en aquel mes, de tantos recuerdos y evocaciones, fue la convocatoria de un Concurso de Belenes entre los vecinos de nuestra zona de influencia. 

Tras convocarlo por medio de una circular que repartimos por los buzones de todos inmuebles de Fernando Macías, Rey Abdullah, José Luis Pérez Cepeda, Calvo Sotelo, Paseo de Ronda y plaza del Maestro Mateo, comenzamos a recibir las inscripciones. 

De inmediato formamos un jurado integrado por miembros de nuestro Club Juvenil y, en los días previos a la semana de Nochebuena, comenzamos a visitar los domicilios de los inscriptos quienes nos enseñaron sus artísticos Nacimientos, algunos de ellos realmente construidos con mucha estética y gusto.

Finalmente, el jurado se decantó por un Belén tradicional, presentado por la familia Gayoso, residente en la calle José Luis Pérez Cepeda, y uno de cuyos hijos era el conocido presentador de la Televisión gallega Xosé Ramón Gayoso, que recibió el premio que habíamos instituido. 

Luego, con la llegada de la Navidad, hicimos un breve alto en nuestra actividad que se reanudó después de Reyes y se prolongó hasta el mes de junio en que celebramos las HOGUERAS-71 que pusieron fin al efímero Club Juvenil Meiga Mayor para dar paso a la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan. 

Pese a que en diciembre sucesivos no volvimos a repetir estas inolvidables experiencias, tal vez por dedicarnos por entero a la preparación de los actos a celebrar a lo largo de mes de junio, siempre nos quedó un inolvidable recuerdo de aquel diciembre de 1970.

José Eugenio Fernández Barallobre.