Cargándose las tradiciones
Las tradiciones, son por encima de todo, los sellos de identidad de las Naciones, de las ciudades; cuando alguien trata de cargarse una tradición de esas que llamamos inveteradas es como si, de un plumazo, eliminase un trozo del alma de esa Nación o ciudad.
Eso, desgraciadamente, es lo que está pasando en nuestra querida ciudad de La Coruña y sucede desde que estos que gobiernan María Pita han llegado aquel funesto y maldito día de mayo del año pasado.
La arrogancia, la sinrazón, la prepotencia, el sectarismo y la notable falta de inteligencia, son conceptos que presiden toda su actuación desde aquella fecha.
Parece como si se tratase de reeditar un esquema de ciudad a su imagen, despreciando todo aquello que hicimos muchos, antes de que ellos llegasen a ocupar los puestos de gobierno.
No solo han arremetido contra la Asociación de Meigas a quienes han vetado y ninguneado, de forma sistemática, al más rancio estilo, prohibiendo y vetando, aduciendo que los actos se solapan con los que organizará el Ayuntamiento, cuando realmente es al revés ya que hemos sido nosotros quienes articulamos la noche de San Juan como la conocemos actualmente.
No solo es eso. Empezaron prohibiendo la celebración de la Feria taurina de agosto aunque ello supusiese el pago de una indemnización al Empresario; en su día vetaron la celebración de la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad; más tarde le tocó el turno a la Semana Santa, prohibiendo a la Policía Local y a la Banda Municipal que participase como venía siendo habitual desde muchos años atrás; incluso, en el colmo de la paranoia más sectaria, pretendieron vetar a Protección Civil participar, olvidando que se trata de voluntarios que no perciben remuneración alguna.
Ahora corresponde hacer lo mismo con la Función del Voto, un acto que se repite desde finales del siglo XVI, al que tampoco asistirá el Alcalde ni nadie del gobierno municipal.
Se trata, en definitiva, de eliminar de un plumazo todas las tradiciones que constituyen un sello de identidad de La Coruña al más rancio estilo inquisitorial.
La Inquisición, afortunadamente, se eliminó en tiempos de Fernando VII o al menos eso creíamos.
¿Qué tocará ahora?
