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La Guardia de Honor de las Meigas

La necesidad de ambientar y solemnizar de la mejor manera posible la I Fiesta del Aquelarre Poético, celebrada en la tarde del 23 de junio de 1971, y de dotar a las HOGUERAS de una serie de elementos diferenciadores, capaces de conferirle unas señas propias de identidad, trajo como consecuencia la creación de la llamada Guardia de Honor de las Meigas.

Desde que a principios del aquel año se valoró la necesidad de diseñar un acto solemne que sirviese como marco para la proclamación de la II Meiga Mayor, nos dimos cuenta que era necesario cuidar todos y cada uno de los detalles de su ambientación con el fin de darle la prestancia que exigía al constituir la cita más protocolaria de todo el programa.

Una vez elegido el marco apropiado, el magnífico Paraninfo del Instituto “Eusebio da Guarda”, un regio edificio del siglo XIX, comenzamos a darle vueltas a su organización y de manera especial a todos y cada uno de los detalles que deberían rodearla.

En otro capítulo de nuestra historia ya hemos hecho referencia a la génesis de esta Fiesta y a su simbolismo, en consecuencia huelga volver a insistir sobre el tema; sirva simplemente decir que al pretender ambientar la Fiesta del Aquelarre se volvió la vista a los siglos XVI/XVII, tal vez lo más prolíficos y brillantes en todos los sentidos de la Historia de España de ahí que, desde el principio, se determinase que la Guardia de Honor de las Meigas, encargada de acompañarlas y darles escolta, vistiese con uniformes de nuestros Ejércitos de esta época.

La primera gestión para la localización de la indumentaria necesaria para esta Guardia se realizó a través del entonces Comisario del Festival Internacional de La Coruña – Festivales de España, Luis Iglesias de Souza, quien nos puso en contacto con la firma “Sastrería Izquierdo” de Madrid, empresa especializada en vestuario y atrezo teatral, que nos podría suministrar todo aquello que necesitásemos.

Y así fue, puestos en contacto con esta firma comercial madrileña le solicitamos nos remitiese un total de treinta y tres uniformes, dieciséis pertenecientes a los Cuadrilleros de la Santa Hermandad y diecisiete a la Guardia Amarilla de Carlos I; por otra parte, como ya se ha mencionado en otro apartado de nuestra historia, solicitamos del Capitán General de Galicia autorizase a otros tantos Soldados de la guarnición coruñesa a vestir esta uniformidad.

De esta forma, en la tarde del 23 de junio de 1971, se estrenó la Guardia de Honor de las Meigas que, además de jalonar la escalinata monumental del Instituto Eusebio da Guarda, escoltó los Carros del País que condujeron a las Meigas-71 en la primera Cabalgata de San Juan.

A partir de esta fecha, jamás la Guardia de Honor dejó de concurrir a su cita en la jornada del 23 de junio.

Con el paso de los años algunas cosas fueron cambiando; en alguna ocasión la Sastrería Izquierdo suministró una uniformidad diferente aunque en la mayoría de los casos ambientada en los siglos XVI y XVII; recuerdo que un año, creo que en 1976, nos remitieron unos uniformes a usanza de principios del siglo XIX, concretamente de la Guerra de la Independencia. Ignoro que motivó esta decisión por parte de la firma suministradora aunque al año siguiente, ante nuestras quejas, volvieron a servirnos los uniformes que nosotros considerábamos más en consonancia con el ambiente que queríamos darle a nuestra Fiesta del Aquelarre.

Andando los años, dejamos de solicitar del Ejército el personal necesario para formar la Guardia y comenzamos a reclutar colaboradores para realizar estas funciones. Este hecho provocó infinidad de anécdotas, una de ellas, tal vez la más sonada, debió producirse en 1975 cuando, los integrantes de la Guardia de Honor que ya habían participado como figurantes en la recreación de las Cortes de 1520, acudieron a cenar, la noche del 23 de junio, a “Typical Avelinus Tasca”, un local de la zona de Ciudad Escolar a la espera de participar en la Cabalgata.

Aquella noche, supongo que por la excesiva ingesta de alcohol por parte de los miembros de la Guardia y por la manifiesta irresponsabilidad del encargado de controlar a sus miembros, que era mucho peor que todos ellos, se inició una batalla campal entre sus integrantes lo que provocó importantes daños en el mobiliario del local; como balance de “bajas” del combate, un pobre búho disecado que adornaba el establecimiento que resultó “cazado” y lanceado por uno de los guardias.

Lo cierto es que durante estos años, un importante capítulo del presupuesto de gastos se destinaba al alquiler de los uniformes y a la gratificación de los miembros de la Guardia lo que provocó que en más de una ocasión se valorase su desaparición, aunque esta jamás se produjo.

En 1992, se tomó la sabia decisión de gestionar la posible confección de los primeros uniformes en propiedad de la Comisión ya que el alquiler, además de resultar costosísimo, constituía una especie de saco sin fondo toda vez que con lo que se había gastado desde 1971 daba para uniformar un ejército.
Las gestiones se realizaron en una sastrería de Betanzos donde se pidió presupuesto al tener conocimiento que dicha firma tenía cierta experiencia en la confección de uniformes al haber sido la responsable de confeccionar los del Regimiento Provincial de Betanzos que, con anterioridad, le había encargado el Ayuntamiento de aquella ciudad.

Tras varias reuniones con el sastre en las que le hicimos saber lo que deseábamos, nos remitió presupuesto para la confección, en paño, de un total de siete uniformes, un Oficial y seis soldados, a usanza de los utilizados por el Ejército español en el siglo XVII que, posteriormente, se vieron ampliados a ocho, sumando en total los nueve actuales.

El estreno formal de esta nueva Guardia se produjo con motivo de la celebración de la Fiesta del Aquelarre de 1992.

Tres años después, al cambiar el sistema de elección de la Meiga Mayor, se encargó a la misma sastrería la confección de los dos uniformes de Alguaciles de Villa (Corchetes) a usanza de los utilizados por estos personajes en los siglos XVII y XVIII, que fueron estrenados en la Fiesta del Aquelarre de 1995 celebrada en el Teatro Rosalía castro y desde ese año constituyen la guardia personal de la Meiga Mayor.

En cuanto al armamento que usa esta Guardia, espada el Oficial, alabardas los Guardias y varas los Corchetes, todo ello fue adquirido o fabricado en Santiago de Compostela en ese mismo año, al igual que los ceñidores de cuero que emplean en sus uniformes.

El hecho de incorporar de forma paulatina a la Meiga Mayor Infantil y a las Meigas de Honor Infantiles, desde 1988, a la mayoría de los actos del programa de HOGUERAS trajo como consecuencia la necesidad de dotarlas de una guardia propia a imitación de sus homónimas mayores.

Fruto de todo ello surgió, en el año 2000 la idea de crear la figura de la Dama de San Juan y de los Heraldillos azules cuya confección se le encomendó a la modista Carmen Carro que los diseñó y confeccionó para estrenarlos ese mismo año.

La Dama de San Juan quiere simbolizar uno de esos personajes femeninos, nacidos del imaginario popular, que dicen se aparecen la noche de San Juan; en cuanto a los Heraldillos se buscaron grabados correspondientes al siglo XVI para inspirar su diseño, colocando en el frente de sus dalmáticas la flor del Cardo de San Juan como emblema de la Comisión Promotora.

Entre los años 2001 y 2003 se ordenó la confección de las parejas de Heraldillos rojos, amarillos y verdes que fueron estrenados en esos años, pasando a encabezar las comitivas de las Meigas, salvo la pareja de verdes que se constituyó en escolta personal de la Meiga Mayor Infantil.

En 2004 se encargó el diseño y confección de las dos primeras parejas de Heraldos, concretamente de color oro, para realzar las comitivas de los días centrales; en 2006 se confeccionó la pareja de Heraldos grana; en 2007 los azules y finalmente en 2011, la pareja de verdes.

Todos los uniformes de los Heraldos están inspirados en los usados en la Corte del Rey Carlos I y, salvo los azules, el resto, al igual que los Heraldillos, llevan en la parte frontal de sus dalmáticas la figura del Cardo de San Juan, emblema de la Comisión Promotora.

En la actualidad, la Guardia de Honor de las Meigas, depende de la presidencia de la Comisión y su uso está regulado en el Reglamento de Honores y distinciones. Con carácter general participan en las Fiestas del Aquelarre y Solsticio Poéticos; Jornada de Homenaje a la Mujer Coruñesa; Ofrendas de la Víspera de San Juan; Actos del Día de San Juan y Homenaje a la Bandera, así como en aquellos otros de carácter solemne que se considere oportuna su participación y a los que asista la Meiga Mayor.

La Guardia de Honor de las Meigas constituye, como queda dicho, un signo de identidad característico de la Comisión Promotora desde sus orígenes y es objeto de cuidado por parte de sus responsables.

José Eugenio Fernández Barallobre.

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