X
esEspañolenInglés
Menu
X

VER PARA CREER

Ayer por la tarde tuvimos la oportunidad ver en la 1ª cadena de Televisión Española su «magazine» vespertino «España directo»; como es habitual, especialmente en época estival, la redacción de este programa se desplaza a las localidades españolas donde se celebran fiestas importantes.

Como era de esperar, se trasladaron a Alicante, en plenas fiestas de las Hogueras, donde nadie ha puesto problemas para que las Bellezas del Fuego cumplan con su tradicional ritual de convertirse en protagonistas de excepción de la fiesta. Pues bien, tras hacer un breve recorrido por la ciudad levantina, pulsando su ambiente festivo, el programa se trasladó a Galicia para ver como se prepara la noche de San Juan.

Por supuesto que esperábamos que el punto elegido fuese La Coruña al ser la única ciudad, junto con Alicante, que sus Hogueras gozan del título de Fiesta de Interés Turístico Internacional, amén de haber estado, en años anteriores, las cámaras de este programa tomando imágenes de nuestra ciudad en las vísperas de San Juan.

Pues no fue así, ante nuestra sorpresa, las imágenes proyectadas correspondieron a los preparativos de la noche de San Juan en la hermosa localidad costera de Camariñas.

Nada tenemos contra esa entrañable Villa costera que goza de fama reconocida mundialmente por sus encajes; sin embargo, lo normal sería que fuese La Coruña la otra ciudad elegida. Pues no, no ha sido así, Parece como si hubiésemos perdido un poco el tren al que tanto trabajo y esfuerzo nos costó subirnos y todo se lo debemos a la arbitrariedad de estos de la marea que al final lograrán que nuestro San Juan pierda el prestigio alcanzado con los años.

Sabemos que el día 24, se anunciará, de forma triunfalista, a bombo y platillo, que más de 100.000 personas abarrotaron las playas; incluso alguno de los «estómagos agradecidos» dirá públicamente, a cambio de las 30 monedas correspondientes, que nada se echó en falta. Ya veremos a ver que sucede el próximo año.

Costó mucho trabajo llegar hasta aquí como para permitir ahora que, de forma arbitraria, todo se tire por la borda.

Lo dicho, ¡ver para creer!