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EN VISPERAS DE LA FIESTA NACIONAL

Asistimos incrédulos, estos días, vísperas de la celebración de la Fiesta Nacional, a la lamentable actitud de separatistas y populistas que llegan al colmo del esperpento colocando banderas indígenas en balcones y fachadas, argumentando que la Conquista de América no fue otra cosa que un genocidio, queriendo abrir las oficinas municipales como si se tratase de un día laborable o negándose a asistir a los diferentes actos oficiales que se organizan en diferentes partes de España.

Sin embargo, los ataques a la Fiesta Nacional es, simplemente, un paso más para lograr el objetivo principal que se han fijado como meta estas formaciones políticas, un objetivo que no es otro que acabar con la esencia de España.

Allá donde gobiernan estos grupos se ha ido eliminando la interpretación del Himno Nacional; se sanciona por hablar o escribir en español; se retira la Bandera allá donde pueden; eliminan retratos o bustos de S.M. el Rey; etc. Cualquier tropelía vale para lograr el objetivo.

Si tienen ocasión, en una muestra de la peor educación, silban la interpretación del Himno Nacional o la llegada de S.M. el Rey a cualquier estadio de fútbol y muchas cosas más que están en la mente de todos, eso sin contar con los insultos y agravios de esos valientes que, ocultos tras las caretas de las redes sociales, ofrenden a todo aquel que no piensa como ellos. Baste el ejemplo reciente del niño Adrián. Sucesos todos estos que no ocurren ni siquiera en Sierra Leona por citar uno de los Países más atrasados del planeta.

Pero hay más; hay que borrar de un plumazo todo vestigio de las tradiciones más arraigadas en el sentimiento del pueblo español: corridas de Toros, celebraciones de la Semana Santa, de la Navidad, etc. Todo aquello que huela a España, esta gente quiere cargárselo aduciendo, burdamente, que son restos del franquismo, algo que desapareció hace ni más ni menos que cuarenta y un años.

Y si alguien piensa que no se trata de tradiciones arraigadas profundamente en el sentir español que se pasen por Valencia en las fechas de la ofrenda a Nuestra Señora de los Desamparados; por Zaragoza con ocasión de sus fiestas en honor a Nuestra Señora del Pilar; por Madrid o Pamplona en sus ferias taurinas; por Sevilla, Zamora, Málaga, Vivero, Ferrol, Valladolid, por citar algunos ejemplos, llegada la Semana Santa o simplemente tal día como mañana en que miles de españoles presenciaremos el desfile del Día Nacional. Que se acerquen para comprobar si estas celebraciones están o no arraigadas en el sentimiento popular de España.

Allá donde gobiernan algunos de estos grupos, todo aquello que huela a España se trata sistemáticamente de suprimir o simplemente de no apoyar. No se conceden subvenciones, se prohíben actos, se niega la asistencia de Bandas Municipales, se limita el uso de espacios públicos, etc. Es indiferente que se trate de actividades con respaldo popular o rentabilidad económica, lo único que les importa es seguir adelante con su plan buscando la forma de eliminar España y lo que Ella significa.

Esta es una lección que deberíamos aprender todos los españoles de bien para sucesivas ocasiones.

Para mí, como para muchos millones, ser español es una de las pocas cosas serias que se puede ser en este mundo y que caso de que Dios Nuestro Señor me diese la opción de gozar de una nueva vida, tan solo le pido que me permita ser nuevamente español, pertenencia de la que me siento profundamente orgulloso.

José Eugenio Fernández Barallobre.