EL COLMO DE LA INDIGNIDAD

Durante muchos años, con ocasión de las jornadas de celebración del Trofeo «Teresa Herrera», el Alcalde la ciudad realizaba una ofrenda ante el sepulcro que guarda los restos mortales de la gran benefactora coruñesa en la iglesia de San Nicolás. Un tradición que se repetía año tras año recordando a aquella inolvidable mujer que tanto hizo por la beneficencia en nuestra querida ciudad.

Pues bien, desde la llegada al Ayuntamiento de estos de la marea esa tradición, como otras muchas, se vio truncada. El motivo, que estos no quieren pisar una iglesia aunque sea para devolver a la memoria colectiva, con una ofrenda de flores, la figura de alguien que, como Teresa Herrera, consagró su vida a los más necesitados. Nada que ver con estos que se llevan sus buenos sueldos a casa pagados por todos los coruñeses aunque ellos solo sirvan a unos pocos, los de su cuerda.

Otra costumbre que estos sectarios revanchistas quieren borrar de La Coruña. ¿Hasta cuando se les va a consentir?