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LAS MEIGAS CON LA PARDO BAZAN

En uno de los paneles de la exposición en homenaje a la insigne Dña. Emilia Pardo Bazán, instalada estos días en el Catón Grande, se recoge, como no podía ser de otra manera, el tradicional homenaje que las Meigas de las Hogueras de San Juan tributan anualmente ante el monumento a la ilustre escritora coruñesa y que se integra dentro de la jornada de homenaje a la Mujer Coruñesa.

Desde hace muchos años estas «mujeres florero», como le les llaman esos personajillos carentes de valores y sobrados de malignidad que mejor es ignorar, se han dedicado a conocer y tributar sentidos homenajes de respeto no solo a los personajes de nuestra historia – la Pardo Bazán, Teresa Herrera, María Pita, el Rey Alfonso IX, etc  -, sino también a las Instituciones y Entidades que más trabajan por nuestra querida ciudad.

Visitas a las residencias de la Tercera edad, a la Cocina Económica, a la Casa Cuna cuando funcionaba como tal, al Asilo de ancianos, etc. eran y son paradas obligadas cada año de nuestras Meigas al igual que acuden, llegado junio, a recordar a todos los coruñeses que nos habían dejado a lo largo del año y ya no podrían acompañarlas la noche de San Juan. Actividades y más actividades que han servido para enraizar la figura de las Meigas con la ciudad y una buena prueba de ello es precisamente que su imagen aparezca en esa exposición ya que cada año las Meigas acuden a tributar un sentido homenaje de cariño y admiración a la inolvidable Condesa de Pardo Bazán.

Durante el último año las Meigas, por motivos que desconocemos, han sido el objetivo de los odios y el sectarismo de los que ocupan el gobierno de la ciudad; es verdad que las Meigas se han negado a bajar la cabeza para decir «amén si señor» como han dicho otros muchos y así verse gratificados con 30 fatídicas monedas, pero no por ello se han hecho acreedoras a ser diana de insultos y ofensas.

Jamás, ni las Meigas ni nosotros, nos hemos metido con la forma de vestir, de actuar, de dirigirse de nadie; entendemos que cada cual, dentro de su libertad, debe actuar como considere más oportuno pero sin que ello le de derecho a ofender o molestar como hace gratuitamente esta gente que oculta su incompetencia y su irrelevancia detrás de esa hipócrita careta que cree le otorga superioridad moral sobre los demás.

Sabemos que algunas de estas tipas – femenino de tipo – siguen insultando a nuestra Meigas tildándolas de «mujeres florero». Ya está bien de tanto insulto, de tanto desprecio, de tanta ofensa; dedíquese a trabajar que es lo que no hace aunque mantenerla nos cuesta mucho dinero a los coruñeses. Pero en cualquier caso, siempre es mejor ser «mujer florero» que «saco de patatas».