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LOS CUATRO AÑOS MAS NEGROS DE LA HISTORIA DE LA CORUÑA

El próximo domingo, día 26, concluirá una pesadilla que llevamos sufriendo todos los coruñeses desde otro mayo, el del 2015, en el que La Coruña comenzó a vivir los años más oscuros de su historia reciente.

Cuatro años en los que, tras llegar al Ayuntamiento los sectarios de la marea, la ciudad ha perdido el ritmo en todos los sentidos, sumiéndonos en un pernicioso letargo del que forzosamente hay que despertar.

Cuatro años en los que, los que mal gobiernan la ciudad, no han hecho absolutamente nada salvo aquello que le ha dictado su credo político, totalmente superado y pasado de moda y siempre movidos por el revanchismo y el sectarismo.

Nos dejan una ciudad sucia, llena de pintadas, sin obras de relevancia, sin proyectos de futuro; una ciudad que no se ha proyectado en ninguna parte; una ciudad triste y tan mediocre como son todos ellos.

Se han encargado, solo por sectarismo, de cargarse todo aquello que no casaba con su ideología: el San Juan, las fiestas del Rosario, la Semana Santa, las fiestas de verano, los toros, la Función del Voto, el Certamen de Casas Regionales, etc.

Los jardines y parques están totalmente abandonados; la iluminación pésima; las calles mal asfaltadas; los barrios hechos un desastre.

Y todo ello a cambio de un carril bici que, a diario, está desierto; de cambiarle los nombres a cuatro calles y retirarle los títulos a quienes de los ganaron por merecimientos; de proponer aquellos alucinantes proyectos del paso de las ranas bajo Alfonso Molina o de la operación “Carpanta” o de esa pantomima de “dillo ti” en la que la última palabra la tienen siempre ellos o los que los arropan.

Atrás se queda la intermodal, la ampliación de Alfonso Molina y otras cosas más que no se han acometido por su negligencia.

No han sabido ser ni el Alcalde ni los Concejales de La Coruña, han sido solo el mal gobierno municipal de sus secuaces y de aquellos que por las miserables 30 monedas se han vendido, agachando la cabeza para hacer el rendibú.

El próximo día 26, cada cual sabrá lo que tiene que hacer pero que no se olvide nunca que otros cuatro años de inactividad La Coruña no podrá soportarlos y lo que es peor, todavía se comportarán de forma más sectaria y revanchistas.

Solo queda la opción de echarlos, no hay otra. Cada cual que se guie por su conciencia como coruñés.