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TAMPOCO HABRA HELADEROS

En ese triste afán de inmortalizarse a cualquier precio, nos topamos con la noticia que los de la marea tampoco permitirán este año que los tradicionales coches de los heladeros abran sus puertas en el Paseo Marítimo, una imagen tradicionalmente asociada a nuestro verano que también desaparecerá.

Son muchas las arbitrariedades cometidas por esta gente y creemos que ya está bien, que ya basta y que la ciudad tiene, de una vez por todas, que despertar.

Si hace unos días observamos como la Bandera Nacional y de la Galicia eran sustituidas por sendos trapos multicolores izados en lo alto de los mástiles de la Coraza, ahora nos damos de narices con esta nueva noticia, no habrá heladeros, incluso puede que en otro alarde de incongruencia tampoco haya castañeros en la calle Real llegado el otoño. Quien sabe.

Hasta ahora, además de haber reducido el San Juan a un macrobotellón playero con menos afluencia que otros años, se han cargado la Reina de las Fiestas de Los Castros ya que les molestaba que un puñado de niñas pequeñas viviesen su particular sueño paseando por las calles de su barrio y eso que el pasado año los organizadores invitaron al Alcalde a dar lectura al pregón de sus fiestas del Carmen.

Algo similar ocurrirá con el Certamen de Casas Regionales que, como sucediera el año pasado, tampoco se celebrará este año pese a que una de las Casas corrió a invitar al Alcalde a leer el pregón sus fiestas, creyendo que tal medida iba a servir para acercar posturas.

Por supuesto que no habrá Feria Taurina por el mero hecho de tratarse de una fiesta netamente española, algo que les molesta a esta gente y cuya prohibición argumentan en una supuesta protección a los animales. De ser así, sería lógico pensar que tendrían que prohibir, por ejemplo, pescar desde el Paseo Marítimo pues cada pieza cobrada sufre una lenta agonía tras haber salido del agua. Algo parecido a lo sufrido por los pobres peces del estanque del Relleno que huyeron hartos de beber cubatas en noche de botellón.

Dicen que al festival internacional de folclore, además de negarle cualquier apoyo, se lo quieren llevar lejos del centro de la ciudad, suponemos que todo ello guarda relación directa con el origen de los organizadores.

De nuevo volveremos a sufrir los rigores del rock en algunos atrios o plazas de nuestra ciudad más propios para interpretar obras de música antigua o de cámara que para las estridencias roqueras, olvidando, por ejemplo, que en los árboles de la plazuela de las Bárbaras habitan muchos pajaritos a los que no sabemos si les gusta el rock. Eso nos recuerda la prohibición de celebrar el Ciclo de Noches de Danza de las HOGUERAS-2016 en la plaza de María, pese a concluir antes de las doce de la noche, pero que podría molestarle a cierto asesor que viven en la zona.

Imaginamos que la Batalla Naval, uno de los números fuertes de nuestras fiestas agosteñas, se verá muy limitada para que no se estresen las gaviotas y demás especies que habitan Raizor y San Pedro.

Suponemos que tampoco habrá apoyo, como el año pasado, a las fiestas del Rosario, patrona de La Coruña, por el mero hecho de las connotaciones religiosas que tienen el evento. En esta misma línea nos imaginamos que las Navidades serán mucho más cutres que el año pasado que se salvaron por estar ya contratadas por el gobierno municipal del Partido Popular.

Cara ya al 2017 nuevamente la Semana Santa sufrirá de la falta de todo tipo de apoyo por parte del gobierno municipal de la marea, simplemente por el hecho de tratarse de actos con vinculación cristiana, sin importarles lo más mínimo que puedan constituir un atractivo para los que visitan la ciudad por esas fechas y para los coruñeses que vivimos y pagamos nuestros impuestos y sus sueldos.

Tampoco habrá Función del Voto, al menos con el boato que era tradicional, pese a tratarse de una tradición centenaria. En esta misma línea el Corpus carecerá de cualquier tipo de apoyo incluso del concurso de la Banda Municipal que, de seguir así, el día menos pensado desaparece con formación musical ya que según dicen cuesta dinero sacarla a la calle.

En total, que una buena parte de las viejas tradiciones de la ciudad, esas que forman su ADN, se las están cargando de forma inmisericorde y sectaria, aunque la culpa además de ser de ellos lo es también de quienes los apoyan o se lo toleran.

Además de todo ello habría que hacerse muchas otras preguntas. Por ejemplo, ¿se está manteniendo como es debido la Batería del 38,1 del Monte de San Pedro, atractivo turístico de primer orden?; ¿que sucede con la vieja muralla de mar que ya comienza a ver como la hierba crece de nuevo entre sus piedras?; ¿y las puertas de San Miguel, de la Cruz y del Clavo que ni siquiera están iluminadas?; ¿y los alrededores de la Torre de Hércules donde hasta hace poco más parecía una selva que un parque?

Por cierto, ¿dónde está la mitad de la mano y la trompeta del Angel de la dieciochesca fuente de la Fama en la plaza de la Fuente de San Andrés? El abandono y la dejación es total.