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CON TODA LA MALA IDEA

Como todo a lo que nos tiene acostumbrados esta gente de la marea desde su llegada a María Pita, todo se hace con mucha mala idea y sin tener en cuenta otra cosa que sus intereses sectarios.

Recordamos cuando a la Asociación de Meigas les hicieron saber que, caso de celebrar en la plaza de María Pita su Ciclo «Noches de Danza», tendrían que modificar el horario para hacerlo compatible con el descanso de los vecinos aunque más bien creemos que se referían al descanso, nadie sabe tras que esfuerzo, de determinado asesor que vive en dicha plaza.

Se trataba de unas veladas de ballet, clásico, español y moderno, que jamás concluyeron más a allá de las doce de la noche y que, en buena lógica, dada la mayor parte de las obras a interpretar no iban a suponer alteración alguna para el vecindario.

Sin embargo, hete aquí, que la nueva versión del antiguo Noroeste Pop Rock está utilizadon como marcos de celebración plazas recoletas, como las Bárbaras o el atrio de San Nicolás o museos como el de San Antón, más propios todos ellos para espectáculos de música de cámara o incluso habaneras, que se las han llevado para la Ciudad Escolar, que para las estridencias del rock donde los decibelios se ven ampliamente superados con un poco que se les vaya la mano en la megafonía.

Aquí no importa el descanso de los vecinos ni tampoco que se trate de zonas con arbolado donde anidan muchas especies de pájaros que se verán estresados, algo que a estos les preocupa enormemente, con esta música; aquí todo vale y lo que menos preocupa es lo que piensen los vecinos.

Sin duda la designación de espacios para celebrar los actos de las fiestas o son producto del desconocimiento total de esta gente a la hora de programar, o bien de la mala idea que ilumina cada una de sus decisiones. Nos afianzamos más en esta segunda idea.

Pero hay más, el colmo de la estupidez lo encontramos en unas pautas dictadas, a modo de consejos, para los asistentes a determinados actos que se celebrarán en el Castillo de San Antón o en la iglesia de las Capuchinas, entre otros; en el apartado 4º de estos consejos se señala: «Respetemos o patrimonio. Por favor, evitade dañar o lugar e levar «recordos»» para á casa».

El colmo de los colmos. No es que se prohíba llevarse algo del inmueble, tan solo se pide de favor que se evite. ¿A quien se le ocurre llevarse estos actos a esos espacios donde se guardan recuerdos históricos que son de todos los coruñses». Y estos son los inteligentes, los universitarios. Pues vamos aviados.

Pero insistimos y nos cansaremos de hacerlo. La culpa no es solo de ellos, lo es también, en igual medida, de quienes los mantienen en el Ayuntamiento. Menos mal que La Coruña empieza ya a estar harta de unos y de otros.