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EL SAN JUAN MAS TRISTE

Cada día nos encontramos con más coruñeses que nos comentan que el pasado San Juan fue el más triste de la historia de los últimos años. Una jornada que solo vivieron con intensidad aquellos que, como cada año, celebran la fiesta por su cuenta que, por otra parte, es una forma muy digna de celebrarla, sentados, bailando o cenando alrededor de su hoguera particular en los arenales.

Sin embargo, no solo se trata de eso. Hay muchas personas, familias enteras, que, por edad o por lo que sea, prefieren quedarse en el Paseo Marítimo viendo otra dimensión de la fiesta a la que también tienen derecho para eso pagan sus impuestos y curiosamente para ellos, igual que para los demás, estaba concebido el San Juan que, organizado por la Comisión Promotora, primero, y más tarde por la Asociación de Meigas, en colaboración estrecha con nuestro Ayuntamiento, vivió La Coruña durante los últimos cuarenta y seis años.

Los pasacalles de la tarde que tanto animaban el Paseo Marítimo; la espectacular comitiva de moteros; la Cabalgata de San Juan; una sesión de fuegos digna de una ciudad como la nuestra y una verbena con atractivo, conferían a nuestra Noite da Queima en una cita obligada para propios y forasteros. Todo ello sin contar los actos que durante la Semana de San Juan organizaban tanto el Ayuntamiento, con números de primer nivel, como la Asociación de Meigas con conciertos callejeros, vistosas comitivas, obsequio de flores, ballet en la calle, etc.

Todo eso se lo cargaron los de la marea, convirtiendo el San Juan 2016 en el más triste y cutre de la historia como lo fue su publicidad, oscura y gris.

Según nos cuentan, pues por supuesto nosotros no lo vimos, los fuegos fueron peor que nunca, malos y escasos, no fuera que se estresasen los pájaros y peces que habitan la ciudad; la verbena, para darle vidilla a sus amiguetes con el dinero de todos. Eso si, quemaron la Hoguera – ellos le llaman falla en plan valenciano – con el «tío la vara» como estrella central. Una pena.

Esto no es una fiesta de Interés Turístico Internacional, algo que nos costó a muchos sangre, sudor y lágrimas y que ahora, estos se quieren cargar a toda costa. Una fiesta que pretenda situarse entre las mejores de España es mucho más, una fiesta total, para todos y con capacidad para atraer corrientes turísticas a nuestra ciudad que benefician a todos.

Esperemos que marea siga bajando y que el próximo año si Dios y el Señor San Juan lo quieren volvamos a vivir un San Juan pletórico, convirtiéndolo, como se merece, en uno de los mejores de España.